lunes, 20 de diciembre de 2010

Juan y Pedro

El incendio se extendía, cundía el pánico, las sirenas de los bomberos parecían acercarse ¡Qué miedo! ¡Qué horror! Los vecinos tenían el corazón encogido.

Sacaron a una persona, parecía inconsciente, a otra con una tos inquebrantable. Se dirigieron hacia el hospital.

Me llamaron para declarar lo que había visto y tuve que decir la verdad. Desde mi balcón se divisaba el maravilloso jardín de dicha casa, que más bien era una casona del siglo XVIII, muy bien restaurada.

La gente se miraba estupefacta, hasta que descubrió que las víctimas del accidente eran Juan y Pedro, unos actores de primera magnitud. La acción era la base de sus películas, su trabajo era extremadamente perfeccionista, entonces, el simulacro pareció más real que ficticio.

Julia Vidal Martínez

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