martes, 20 de enero de 2009

TRES PALABRAS LIBERTAD - ABSOLUTO - OSCURO

Una aurora alumbra mis sueños
de lo oscuro y remoto nada quiero
esos viajes multialados en libertad
derrotan en la piel al insomnio absoluto.

Iván Parra Ampuero

Haikus

Hojas mojadas
lluvia color naranja
mañana de sol.


El mar sin tiempo
vive de marejadas
siento tu aliento. .


Un arco iris
se volvió trascendente
cambió mi vida.


Agua nocturna
el verde se detiene
cae el rocío


Miré tus ojos
y supe que no estaba
frente a tu rostro.


Se mueve el aire
pasan las multitudes
viven las calles

LOS OJOS DE UN NIÑO

Esta noche es noche, es la noche mágica, noche de Reyes. La magia de esta noche reside principalmente en la mirada de los pequeños en busca de una ilusión, y es la profundidad de esos ojos juguetones que envuelve y quema nuestro mundo que parecía gastado y feo.

Sí, ¿por qué no es la navidad nacer de nuevo y cargar de poesía lo obvio, lo sencillo, lo que no ven nuestras miradas que envejecen? Una mirada a esos ojos tan abiertos y transparentes nos encandila y te das cuenta que debemos impedir a toda costa que la rutina y la costumbre se adhieran como piel gastada, como pátina gris a la vida, acumulando resentimiento y tedio sobre cada día regalado.

Nuestro objetivo final debe ser que nuestros ojos brillen de asombro hasta el final y que incluso la muerte se sorprenda de esa mirada, con la que sale a recibir a sus Reyes el niño sabio e inocente que no da nada por hecho.

Iván Parra Ampuero

AL SON DE MÚSICA

Escuchando tu música mi mente empieza a volar por mares espaciales, calles de ayer, pasos que se hunden en mi vida pasada, pero con el equipaje de las horas presentes.

Me dejo llevar y la melodía me conduce aceleradamente a un tiempo invadido por un concierto de amor. El espacio me absorbe y las aguas me muestran un pentagrama aún abierto.

El sol, la luna, el paisaje y yo nos confabulamos para establecer con el horizonte una hermosa clemencia. Una calle entra sin permiso en mi casa, unas ventanas se abren para adivinar qué piensa la tarde y aceptamos el juego de antiguas pisadas, establecemos una tregua con el recuerdo y me lleno de una alegre sensación de caminos.
Iván Parra Ampuero