lunes, 29 de noviembre de 2010

COINCIDENCIA FATIDICA

Alicia preparaba su termo con caldo caliente. Le gustaba tomarlo mientras esperaba la cola del paro, hacía bastante frío a esas horas, la espera se hacía larga y hacía que entrase un poco en calor. Solía ir a las seis de la mañana para ser de las primeras, después tenía que volver a casa para arreglar a los niños y llevarlos al colegio.

Juana iba más tarde. Había dejado de trabajar hacía poco tiempo y se permitía no madrugar ahora que podía. Esa noche no pudo dormir se levantó, cansada de dar vueltas en la cama, y se arregló para ir a hacer la renovación del trimestre.

Las dos habían sido amigas, por una discusión llevaban sin verse ni hablarse un tiempo. Coincidieron en la cola que daba la vuelta a la manzana. Al verse una detrás de otra se sintieron incómodas sin saber qué hacer ni qué decir.

Fue Alicia quién rompió el hielo. — ¡Juana! ¿Qué tal estás? —exclamó en un tono hipócrita que no podía disimular.

—De cine —contestó Juana en tono irónico.

—Mírala, siempre tan estirada ella, es que no cambias ¿Eh?

—Oye Alicia, es muy temprano para empezar el día aguantando tus tonterías.

— ¿Que tonterías digo? Es la verdad, ¿te apetece un caldito? —continuó Alicia.

—No quiero tu caldo, me puede envenenar.

— ¡Que orgullo el tuyo! Envenenada estás tú siempre.

— ¡Que me dejes en paz! Tómate tu caldo, hay que ser hortera para venir aquí con eso.

Alicia cansada de hacerse la amable y simpática la miró un momento con los ojos desorbitados por la rabia y, sin pensarlo dos veces, le tiró el caldo encima.

Nunca estuvo mejor servido un caldo, pensó.

Mª José Almeida

1 comentario:

  1. Menuda discusión entre dos ex amigas. La verdad es que con el frío que hace a veces es caldo se agradece

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