martes, 9 de diciembre de 2008

Unión y perdón

Ruina verde que alberga a una amada bailando al son del viento para encandilar, atrapar al hombre, a mí. Castillo derruido, en el centro se expande la unión de los dos, llenando el espacio, el bosque, se juntan, se tocan, bajo un cielo luminoso y claro. Perdón apasionado, incomprensible pero cierto. Suave rencor, muerte lenta y somnolienta. Una mano que me coge, la tuya. Tu cabello nocturno, delicia imaginaria. Nos volvemos a conocer, pasado inexistente, nueva pasión obligada, deseada. Presas de un futuro incierto, miedosos, en duda, siempre en contacto, piel con piel.


Blas Cabanilles Folgado

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